EL ESQUELETO DE LA OBRA (1) |
Elegida ya la
temática de la obra y el conflicto, nos disponemos a desarrollar la historia.
Para ello hay que tener en cuenta e ir pensando la posible manera de llevarlo a
escena. Como la obra va de monstruos que se llevan el sol, tenemos que pensar
cómo, porqué motivo, a dónde lo llevan, quien va en su búsqueda,… Con todo y
con eso, queremos encontrar la mejor manera de emplear el efecto de la luz
negra. Además, somos ocho en la compañía y todas han de actuar.
El efecto de
la luz negra, en un principio pensado para la caída del sol, nos resulta ahora
mucho más especial para introducir el mundo de los monstruos, y dejar una
simple bajada de luz para el momento de desaparición del sol.
Nos
disponemos, pues, a dar cuerpo a la historia. Más o menos está perfilada: unos monstruos
que entran al mundo de los humanos, de manera no intencionada, tiran sin querer
el sol del cielo y, por no liarla o porque no les regañasen, se lo llevan y lo
esconden. Al pasar por la puerta a su mundo, ésta se rompe y queda abierta.
Unos niños que juegan por el bosque con su perro notan algo raro, es más oscuro
de lo habitual para esas horas. De repente el perro sigue un rastro y les lleva
a la puerta. Conscientes los niños de la desaparición del sol, cruzan la puerta
en su búsqueda. Allí se tropiezan con unos monstruos que, tras un momento de
susto por ambas partes, hablan y se enteran de por qué están allí los niños,
decidiendo ayudarles a buscar el sol. En esa búsqueda llegan al lugar donde se
encuentran los dos monstruitos traviesillos que se llevaron el sol. Les
preguntan y mal-disimuladamente se hacen los locos. El perro huele el sol y los
delata. Tras explicarles la importancia que tiene el sol en nuestro planeta,
entre todos deciden ayudar a devolver el sol en su lugar.
Parece simple
cuando está ya montado, pero era interesante ver cómo cada una de nosotras iba
preguntando el porqué de algo cuando no lo veía coherente (quitando que el sol
pueda caer o que haya monstruos, claro). Entre tanto, nuestra súper “responsable
de escenografía”, Anabel, muy profesional en su papel, iba ilustrando las
escenas que íbamos consensuando, así como la manera posible en que podíamos
pasar del mundo humano al de monstruos en el escenario.
ILUSTRACIÓN POR ANABEL GOZALBO |
Tocaba ahora presentar la historia para
obtener el visto bueno del “productor” y así poder proseguir con diálogos y
canciones.
Entre tanto,
una vez decidida la temática, ya podíamos pensar en escenarios y vestuario,
aunque, primero, teníamos que repartir los papeles. Bien, a repartir tenemos
dos niñas, dos monstruos traviesos, tres monstruos más responsables y un perro.
Como mientras desarrollábamos la historia yo iba poniendo voces a los
personajes y caras y gestos de cada uno, es decir, me ponía en situación (lo
que comúnmente se conoce como hacer el payaso, pero es muy divertido,
recomiendo probarlo), a mis compañeras de reparto les gustó mi interpretación
del perro (eso dijeron, quien sabe si la intención era que no les tocara a
ellas…jejeje), así que una vez superado el casting, con el papel de perro me
quedé. Total, me daba lo mismo, cada papel tiene siempre su parte especial, es
cuestión de saberla ver.
Así que el
PERRO….:D.
(IMAGEN PROPIA) |
Para el
vestuario y la escenografía, tenemos que pensar en materiales o pinturas que se
vean bien con la luz negra, además de la forma y textura de los mismos… Sol
trajo a clase una lámpara de luz negra y la probamos un poco. Ya teníamos faena
para la próxima reunión: diseños, materiales (textura, color,…) y a ser
posible, de casa, reciclando. Como dice el dicho: “lo bueno, si es barato, dos
veces bueno”.
La
historia va cogiendo cuerpo, cada vez la sentimos más nuestra, tras la
decepción inicial al echarnos la primera historia para atrás y sufrir el “duelo”,
creo que todas agradecemos ahora ese momento, pues el nuevo proyecto promete y
lo afrontamos con ganas y energías, que son fundamentales. Con los años te vas
dando cuenta de esas cosas, cuanto más vueltas le das a algo y lo tomas y
retomas, mejor encaja, y más coherencia tiene en tu cabeza. Bueno, a veces
pareces atascarte, pero tomar distancia para luego volver, suele ser una
estrategia fructuosa. Es dejar madurar la idea, alimentándola cada día con un
poco de sol (rayos de luz que aclaran ideas).
Y así, con
el visto bueno de la historia, pasamos a la siguiente fase: diálogos, bases musicales
y letra…
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