domingo, 24 de marzo de 2013

EL ESQUELETO

Esqueleto de hoja / Skeleton leaf
EL ESQUELETO DE LA OBRA (1)

Elegida ya la temática de la obra y el conflicto, nos disponemos a desarrollar la historia. Para ello hay que tener en cuenta e ir pensando la posible manera de llevarlo a escena. Como la obra va de monstruos que se llevan el sol, tenemos que pensar cómo, porqué motivo, a dónde lo llevan, quien va en su búsqueda,… Con todo y con eso, queremos encontrar la mejor manera de emplear el efecto de la luz negra. Además, somos ocho en la compañía y todas han de actuar.

El efecto de la luz negra, en un principio pensado para la caída del sol, nos resulta ahora mucho más especial para introducir el mundo de los monstruos, y dejar una simple bajada de luz para el momento de desaparición del sol.

Nos disponemos, pues, a dar cuerpo a la historia. Más o menos está perfilada: unos monstruos que entran al mundo de los humanos, de manera no intencionada, tiran sin querer el sol del cielo y, por no liarla o porque no les regañasen, se lo llevan y lo esconden. Al pasar por la puerta a su mundo, ésta se rompe y queda abierta. Unos niños que juegan por el bosque con su perro notan algo raro, es más oscuro de lo habitual para esas horas. De repente el perro sigue un rastro y les lleva a la puerta. Conscientes los niños de la desaparición del sol, cruzan la puerta en su búsqueda. Allí se tropiezan con unos monstruos que, tras un momento de susto por ambas partes, hablan y se enteran de por qué están allí los niños, decidiendo ayudarles a buscar el sol. En esa búsqueda llegan al lugar donde se encuentran los dos monstruitos traviesillos que se llevaron el sol. Les preguntan y mal-disimuladamente se hacen los locos. El perro huele el sol y los delata. Tras explicarles la importancia que tiene el sol en nuestro planeta, entre todos deciden ayudar a devolver el sol en su lugar.

Parece simple cuando está ya montado, pero era interesante ver cómo cada una de nosotras iba preguntando el porqué de algo cuando no lo veía coherente (quitando que el sol pueda caer o que haya monstruos, claro). Entre tanto, nuestra súper “responsable de escenografía”, Anabel, muy profesional en su papel, iba ilustrando las escenas que íbamos consensuando, así como la manera posible en que podíamos pasar del mundo humano al de monstruos en el escenario.

ILUSTRACIÓN POR ANABEL GOZALBO

 Tocaba ahora presentar la historia para obtener el visto bueno del “productor” y así poder proseguir con diálogos y canciones.

Entre tanto, una vez decidida la temática, ya podíamos pensar en escenarios y vestuario, aunque, primero, teníamos que repartir los papeles. Bien, a repartir tenemos dos niñas, dos monstruos traviesos, tres monstruos más responsables y un perro. Como mientras desarrollábamos la historia yo iba poniendo voces a los personajes y caras y gestos de cada uno, es decir, me ponía en situación (lo que comúnmente se conoce como hacer el payaso, pero es muy divertido, recomiendo probarlo), a mis compañeras de reparto les gustó mi interpretación del perro (eso dijeron, quien sabe si la intención era que no les tocara a ellas…jejeje), así que una vez superado el casting, con el papel de perro me quedé. Total, me daba lo mismo, cada papel tiene siempre su parte especial, es cuestión de saberla ver.

Así que el PERRO….:D.
(IMAGEN PROPIA)

Para el vestuario y la escenografía, tenemos que pensar en materiales o pinturas que se vean bien con la luz negra, además de la forma y textura de los mismos… Sol trajo a clase una lámpara de luz negra y la probamos un poco. Ya teníamos faena para la próxima reunión: diseños, materiales (textura, color,…) y a ser posible, de casa, reciclando. Como dice el dicho: “lo bueno, si es barato, dos veces bueno”.
        
         La historia va cogiendo cuerpo, cada vez la sentimos más nuestra, tras la decepción inicial al echarnos la primera historia para atrás y sufrir el “duelo”, creo que todas agradecemos ahora ese momento, pues el nuevo proyecto promete y lo afrontamos con ganas y energías, que son fundamentales. Con los años te vas dando cuenta de esas cosas, cuanto más vueltas le das a algo y lo tomas y retomas, mejor encaja, y más coherencia tiene en tu cabeza. Bueno, a veces pareces atascarte, pero tomar distancia para luego volver, suele ser una estrategia fructuosa. Es dejar madurar la idea, alimentándola cada día con un poco de sol (rayos de luz que aclaran ideas).

         Y así,  con el visto bueno de la historia, pasamos a la siguiente fase: diálogos, bases musicales y letra…

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