lunes, 10 de diciembre de 2012

TINTA CHINA. REFLEXIONES DE UNA EXPERIENCIA

Tinta China
Tinta y pincel; sangre que fluye, pensamientos que brotan.



Comenzamos con un nuevo material: la tinta china. 

La propuesta es interesante, y todo un reto. Decir tengo, que lo que es la realización de la lámina es un momento, pero que su elaboración empieza en el momento en que sabes que es la siguiente y ya comienzas a pensar en posibles candidatos de material. Entonces te sientes hurraca, y cualquier cosa puede ser un gran tesoro: comienza la búsqueda… Eso te hace estar alerta, la atención puesta en cualquier objeto que pueda servir (luego habrá que probarlo, claro…, pero, mientras tanto, imaginas cual puede ser la huella que deje de tinta impregnada.

Y llegó la hora, preparo la zona de trabajo y despliego mi ejército de objetos, los cuento y….¡vaya! no son tantos, así que me acuerdo de mi costurero y lo cojo. Dentro hay un montón de materiales distintos. Recuerdo que a veces, antes de estas láminas, ya solía hacer de hurraca acumulando pequeños tesoros “por si acaso algún día los necesita, nunca se sabe”. Hay trozos de muchos materiales: las cintillas que vienen en las camisetas para colgarlas y que siempre acabas cortando porque se salen cuando te las pones y además las camisetas viven dobladas en el cajón, trocitos de cinturilla elástica de haber hecho apaños, una trozo de cinta de raso, trocitos cortados sobrantes de polipiel de cuando hice un experimento y le puse “tapa” a un capazo (cosa que me costó una aguja rota…),… cuántos recuerdos. Y es en ese momento que te das cuenta de que eres una pequeña hurraquilla …,¡menos mal!. 

the one light in the darkAhora toca "guarrear" hojas para comprobar qué huella dejan, si suelta mucha tinta, … ¡Todo un trabajo de investigación!, he de admitir que me gusta. Además, conforme voy probando materiales, termino de entender el significado de la lámina. Siento “¡ahora lo pillo!, ya sé a qué se refería la profesora con lo de la huella, la textura”. Es en esos momentos de conexión neuronal cuando notas que entras una pequeña corriente de aire en tus pulmones y casi casi ves esa bombilla que se enciende en la cabeza, creo que por eso, por esa sensación, se dibujó por primera vez, quien quiera que fuera, la bombillita (obviamente tuvo que ser tras inventar la bombilla… no sé antes con qué lo representarían…). Como siempre, noto la mezcla de entusiasmo por ver el resultado y el miedo o inseguridad a que no salga bien (que suele aumentar cuando te acercas a la finalización de la lámina). Bien, lo primero, dividir la lámina: bien, bien, trabajo de ingeniería (jeje). Se sopesan las posibilidades: doblar la hoja…no; doblar otra hoja y marcar….no, escuadra y cartabón…..tampoco, no tengo ya; ¡ah! El otro día Vicent compró una regla larga, ¡menos mal!, ¡el destino! (yuju). Muy concentrada y profesional tomo medidas, divido, marco en varias zonas (porque no hay escuadra y/o cartabón…) y trazo las líneas. “Bien, bien” pienso, esto va bien…. Llegó la hora de hacer pruebas. Ahora me siento científica, hasta he diseccionado un tapón de corcho. Me planteo ahora cómo hacer llegar la tinta al material (suena bobo, de hecho, me siento monologuista ahora mismo, pero todo eso pasó por mi cabeza…).

Mittens wonders if she should take up Chinese calligraphy
Y ahora, ¿Qué hago?
- "Veamos, si vuelco el bote, la lío. Supongo que el pincel que nos dijo que comprásemos es para algo… Bien, sólo hay que pensar un poco….pincel entra en tintero, pincel va a material… “EEEeeecccKKK” error, pincel lleva mucha tinta y empapa material, con lo que la huella de textura pasa a convertirse en manchurrón. Vaaale, fácil, misma operación pero trozo de papel higiénico escurre pincel y pincel impregna material… ¡Sí señor!, ahora sí" (toda un as…es por eso que comprendí lo de la textura, que se encendió la bombilla). El transcurso del desarrollo de la lámina sigue así, haciendo pruebas y seleccionando los mejores candidatos de material para obtener dos texturas de cada uno. Primero ingeniera, delineante, luego científica y ahora, seleccionando candidatos tras un casting (sólo me falta hablarles a los materiales…pero no, mi cordura se mantiene). Cuando decido cuales y los paso a la lámina en limpio, la tensión aumenta; no puedo liarla como de costumbre, esta es la buena, la que tiene que quedar en limpio (de nuevo recuerdo mis clases del instituto de dibujo técnico, cuando en los exámenes y láminas a entregar siempre me quitaban un poco de nota por no hacerlo pulcro). Bueno, intentaré que quede lo más limpito posible. A veces pasa que en la prueba sale mejor que en el momento estelar, pasa con los conciertos, con las actuaciones de teatro, con los discursos, con las competiciones,…y a veces pasa lo contrario. Dicen son cosas del directo… Conforme voy rellenando cuadritos, aumenta ese miedo a “liarla”, a manchar de más,…La verdad es que esa sensación no me gusta demasiado, hace disminuir las sensaciones placenteras de la actividad en sí. Es como cuando un niño juega a su manera, o cuando le dicen que no puede ensuciar, o desordenar,…, entonces la diversión pierde un poco de fuerza (no desaparece…pero no es lo mismo).

Mi 1ª lámina con la tinta china
Al terminar la lámina, varias sensaciones destacaría. Por un lado, un “yuju”, la terminé, saqué 8 materiales y a cada uno dos huellas. Por otro lado sale “la criticona” (en el libro “mujeres que corren con los lobos”, de Klarissa Pinkola, asignan un mismo tú con un papel para tus distintos caracteres de tu psique) que dice: “bueno…este podría haber salido mejor, este otro tal,….”. ¡Aguafiestas!. Solución, la ignoramos un poquito y nos centramos (yo y mis “yos” positivas en los aspectos buenos). Y no, no se me fue la cabeza, quizás nunca estuvo…

Próximo destino: lámina de un material con 16 texturas. ¡A investigar! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario